Zubía (foto) había dicho en la mañana de ayer que en los últimos dos meses todos los operadores del sistema recibieron de alguna forma, amenazas. El primero de los hechos fue cuando un sicario (ahora procesado con prisión) ingresó vestido de mujer al despacho del Dr. Bordes, lo agredió de un culatazo y aparentemente apretó cuatro veces el gatillo.
En el Juzgado dijo que el revólver era de juguete, arma que nunca apareció.
El Juez igual lo procesó con prisión por intento de homicidio imputándole otras dos penas solicitadas por el Fiscal.
Zubía había dicho que "la inseguridad de los operadores de la Justicia viene cada vez peor, somos una manada de rumiantes y los depredadores nos están comiendo.
Al ser entrevistado por la prensa capitalina Zubía, que fue el Fiscal que se ocupó del caso del sicario, no quedó conforme y sostuvo que el agresor puede terminar pagando una pena ridícula.
La amenaza que recibió Zubía fue, al igual que en el caso del Juez Gómez, a través de un audio que le hicieron llegar presuntamente familiares de un imputado acusado de encubrimiento.
El sicario había reconocido, como se sabe, ante la Justicia que había recibido 50 mil pesos después que recibió un sobre amarillo que decía "Para G. el Chucky". Allí le proponían asustar al profesional ofreciendo 50 mil pesos pagaderos al aceptar el encargo y el saldo una vez cumplido.
El sicario debía dejar el sobre debajo de una piedra cercana al contador de luz de la caller Copérnico donde residía y el domingo de mañana recibió los datos del profesional, una fotografía, una dirección y la suma de 25 mil pesos.
El sicario relató que fue dos veces al estudio del Dr. Bordes y la tercera lo hizo disfrazado de mujer, declarando que una peluca rubia y una pistola de juguete, las había conseguido en un cantegril.
Tanto Zubía como el Juez José María Gómez, cuentan ahora con custodia policial.